sábado, 7 de septiembre de 2024

"César o nada", de Pío Baroja

Es una de las novelas más interesantes del autor guipuzcoano. César es el prototipo de héroe barojiano, un hombre de acción. El vitalismo nietzscheano del protagonista le lleva a pensar que el fin justifica los medios. César quiere tener poder político para cambiar el mundo. Para ello no duda en ir a Roma, donde hace valer su condición de sobrino de un cardenal para conseguir contactos. Cuando ya había perdido casi todas las esperanzas, conoce a Don Calixto, el cacique de un pueblo zamorano, Castro Duro, que lo apadrina. Si bien la primera parte es un retrato de la clase aristocrática que puebla los hoteles de Roma, la segunda es totalmente diferente. César es elegido diputado en representación de Castro Duro y pone patas arriba el pueblo, movilizando a las clases populares contra las fuerzas conservadoras. La ilusión del cambio dura unos cuantos años, hasta que la España de las sacrosantas tradiciones acaba, por la fuerza, con César Moncada. Y Castro Duro siguió durmiendo en el medio de los campos sin regar. 
El estilo barojiano no defrauda. Su forma de narrar es lo más contrario a la afectación. César o nada contiene una clara declaración de intenciones. Anticlericalismo e individualismo son las divisas del narrador. Curiosamente, esto nos lleva a la palabra liberal, que en la España de la restauración era lo contrario a conservador.
La derrota final de César deja un poso amargo en el lector. Se cumple el triste destino de un país que no conseguía equipararse a sus vecinos europeos. El hombre de acción, que creía en el progreso y estaba lleno de buenas intenciones es derrotado por los de siempre, los que quieren que nada cambie.

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